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Los Maravilladores

domingo, 30 de septiembre de 2007 Escribir un comentario








Hay una ciudad, dicen...
Mejor dicho: hay un lugar en una ciudad... No.
Mejor que mejor dicho:
Hay una calle, en un lugar de una ciudad pequeñita, en
donde el sol pasa por entre las ramas de los álamos plateados. Y esa calle
tiene entonces, cientos de soles de día y miles de lunas en la noche.
También, es importante que sepan que a esa calle -de sólo
cien metros de largo, que limita al este con un río y al oeste con una
estación de trenes-, llegan una vez al año, desde todos los rincones de la
Tierra y sus alrededores, los Maravilladores: los magos de la palabra que
levantan una piedra y descubren un cuento, toman una sopa con fideos de
letras y escriben un cuento, sirven un café con aroma a cuento o un cuento
con aroma a café... viven temblando, riendo, curando, deslumbrados y
enamorados, de cuento en cuento.
¿Para qué?
Para esperar la llegada de los Hupaj enfermos.
¿Por qué?
Porque los Maravilladores están seguros
de haber hallado el remedio para su mal.
¿Y quiénes son los Hupaj?
Bien... comenzaré por el principio.



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