20 de marzo: Dia mundial de la narración oral

miércoles, 18 de marzo de 2009 Escribir un comentario



“Yo no sé muchas cosas, es verdad./ Digo tan sólo lo que he visto./Y he visto:/ Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,/ que los gritos de angustia del hombre los ahogan/ con cuentos,/ que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,/que los huesos del hombre los entierran con cuentos,/ y que el miedo del hombre…/ ha inventado todos los cuentos./ Yo no sé muchas cosas, es verdad,/pero me han dormido con todos los cuentos…/ y sé todos los cuentos.”

León Felipe


Con este hermoso poema, el poeta español León Felipe, homenajea a relatos, cuentos, historias que, a viva voz, nos acompañan desde los albores de la humanidad, en nuestros miedos, descubrimientos, dudas, tristezas, luchas, sueños y celebraciones; cuentos que -como conjuros sonoros-, nos comunican, nos con-mueven, nos “com-pasionan”, ahuyentando las penas y a la muerte: festejando la vida.



Y ha sido así, desde que las primeras palabras vibrantes echaron a andar por el mundo a bordo del hálito, del aliento de algún hombre o mujer que las pronunció inventando, entonces, la llave invisible –hecha de voz-, que asociada a la boca,abrió (abre) las puertas al encantamiento de poder crear, ver mundos, y al placer, la alegría de nombrarlos junto con otros. Boca y voz, ligadas al alimento del cuerpo y del alma. Manjares hechos de frutos y frutos construidos con palabras hicieron, hacen y harán la nutrición de hombres y mujeres de todas las edades, de todas las épocas.


Pero con el paso del tiempo, las mujeres y hombres de nuestras sociedades (paradójicamente, poseedores de los más variados y sofisticados tecnologías y medios de comunicación), estamos más incomunicados que nunca, porque hemos perdido este espacio-momento vital e irremplazable de conversar, de hablarnos mirándonos a los ojos, de “contar con otros”, comprometiéndonos en la palabra, poniéndole el cuerpo, carnadura a nuestra historia y a nuestros sueños.



Tal vez será por eso que se hizo necesario instalar socialmente un día mundial de la narración oral, revalorizando a los abuelos, padres, trovadores, juglares, docentes, artistas, en fin, a todos los que cumplen de algún modo este rol de relatar cuentos a viva voz y con todo el cuerpo, para volver a reunirnos alrededor de la palabra como alimento - para gozarla, para disfrutarla hasta “chuparse los dedos”-, y recuperar así -desde el colectivo, desde la comunidad- los ámbitos sociales para escuchar y escucharse, para contar y contarse, para imaginar, para fortalecer la memoria, el amor y la confianza. Para volver a creer.


No se sabe con certeza, por qué se ha elegido el 20 de marzo como el Día Mundial de la Narración Oral. Algunos dicen que porque un 20 de marzo de 1989, se realizó en Cuba el primer festival de Narración Oral. Otros, porque ese día –en ciertas latitudes del mundo- es la víspera de la primavera, símbolo de renovación y de florecimiento.


¿Y cual sería la explicación para los países que no estamos incluidos en ninguno de estos argumentos?




Quizá, podría ser la historia de un sueño. El sueño que tuvo -antes de comenzar el otoño de 1988- el narrador estadounidense J.G. Pinkerton. Soñó con que cada año hubiera una noche dedicada a la narración de cuentos en todas las comunidades del planeta. Soñó con cientos de narradores contándole a miles de personas, en la total convicción de que por medio de la narración oral podemos crecer en paz, en amistad, seguros de que más allá de las fronteras y diferencias de cualquier índole, todos somos seres humanos igualados en la poesía. Pinkerton llamó a este sueño TELLABRATION ("tell" - contar - y "celebration" - celebración), y comenzó con un evento en Connecticut, al que se fueron sumando otras comunidades y países Para el año 2004, tal fecha se instituyó mundialmente como el día de la Narración Oral.


Por todo esto, los narradores orales escénicos de PURO CUENTO (Santa Fe, Argentina), los invitamos a tomar un lugar, un momento del 20 de marzo (y/o de días antes o después, máxime acercándonos al día nacional de La Memoria), para compartir la palabra, para renovar la magia, el ritual más ancestral, vital y necesario del ser humano: CONTAR.


Es nuestro deseo que en cada radio o t.v., en cada lugar de la educación, en cada espacio cultural, en cada lugar de trabajo, en cada familia haya tiempo para hacer vibrar, para hacer carne y voz un CUENTO.


Muy especialmente los convocamos a celebrar con nosotros participando de rondas de cuentos narrados oral y escénicamente, y de actividades vinculadas con este arte (en forma libre y gratuita), en distintos puntos de la ciudad y provincia, porque:


En vísperas del otoño, aquí,
o de la primavera renaciendo, en cualquier parte,
en cada rincón del mundo
tomaremos por sorpresa alguna esquina, algún parque,
la sombra gentil de cualquier árbol,
el canto del agua río abajo o río arriba, en una fuente,
algún fogón familiar o la luna
-también ésa, la que crece en los ojos de los que se miran-
los pies en la cama de un niño o las manos de un enfermo,
un abrazo o una canción,
la mañana, la tarde,
un micrófono de radio, una ventana…
Cualquier excusa es buena para celebrar LA PALABRA.
La palabra dicha a viva voz, con todo el cuerpo,
compartida con otro, con todos…
La palabra reinventando la vida
poniéndole cuerpo y voz a la imaginación, la fantasía,
a la memoria, al desencanto, a las luchas,
a la alegría, al amor y por qué no, al llanto.
Celebrar el encuentro humano, como en el principio,
Como ahora -tan necesario-
Celebrar nos.
Porque contando se renuevan
el gozo
la confianza
la maravilla creadora
la fe
los sueños
la poesía.


Marcela Sabio



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