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Contar con Santa Fe 2006

viernes, 19 de enero de 2007 Escribir un comentario




EMPIEZAN CONTAR CON SANTA FE Y CUENTOQUETECUENTO De la perpetuación de lo efímero



El martes es un gran día, arranca la 4° Muestra Iberoamericana de Narración Oral Escénica Contar con Santa Fe y el 3° Festival Iberoamericano de Narración Oral Escénica para niñas y niños Cuentoquetecuento, esta vez con actuaciones también en Rosario y Buenos Aires.
Co-organizados con la UNL, Puro Cuento -Taller Permanente de NOE- y la Asociación Cultural Teatro de la Abadía, variedad de espacios de narración oral escénica convertirán a la provincia de Santa Fe en una verdadera fiesta de la palabra.

Este acontecimiento dará comienzo el 3 de octubre y se extenderá hasta el 16 del mismo mes, con una nutrida programación de espectáculos para niños, jóvenes y adultos, con cursos y talleres internacionales, a cargo de narradores orales escénicos que llegan de Colombia, Cuba, España, México, Reino Unido y Uruguay -además de los argentinos-.

La inauguración oficial para jóvenes y adultos se realizará el jueves, a las 20.30 en el Centro Cultural Provincial, con entrada libre y gratuita. En la oportunidad, además de los espectáculos a cargo de los narradores, se hará entrega del premio internacional, el Chamán Extraordinario 2006, otorgado en México en julio de este año a Marcela Sabio, junto a la figuras de Fernando Birri (artista, cineasta santafesino) y a Sarah Bianchi (titiritera de Buenos Aires).
Los encuentros fueron reconocidos de Interés para la provincia y para la Nación, y además, cuentan con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro.


Del 3 al 16 de octubre tiene lugar en la provincia la Fiesta de la Palabra, protagonizada por narradores internacionales que recuperan el ancestral arte renovado por el artista Francisco Garzón Céspedes.

"Viaja la luz de las estrellas muertas y por el vuelo de su fulgor las vemos vivas. La guitarra que no olvida a quien fue su compañero, suena sin que la toque la mano. Viaja la voz, que sin la boca sigue", Eduardo Galeano.

Todo arte existe y se define desde unas determinadas características o normas, y desde unos determinados procesos. Las normas son parte del cuerpo esencial de todo arte, parte de su cimiento y de su presencia más poderosa. Pero si se trata de un arte de la comunicación, si se trata de oralidad artística, es sobre las normas, sobre las leyes milenarias de la comunicación, donde verdaderamente ésta se asienta. Debemos ser conscientes de que la oralidad es en continuo movimiento o transformación, y que el transformarse forma parte de su esencia, es una de las cualidades que fuertemente caracteriza a todo lo oral.

Este potencial creativo, esta extraordinaria capacidad de actualización y adecuación de la palabra oral, es lo que la sitúa en la base de numerosos mitos que dan cuenta del comienzo de las cosas: al principio fue la palabra -dice el mito bíblico de tradición judeocristiana y compartido con otras tantas religiones-, aludiendo a una palabra dinámica, una palabra que produce un efecto trascendental en el acto de su enunciación.

En la cosmogonía africana, también la palabra es una fuerza fundamental y el instrumento de la creación.

El hombre nace con tres facultades: el poder, el querer y el saber, pero estas fuerzas se encuentran en estado virtual, enmudecidas y la palabra es quien las pone en movimiento. Así, ese poder fecundante se liga en especial a la boca y la saliva, por ser acuosa y fluir de la boca. Entre los Dogón, en el bautismo, la abuela, rodeada de sus otros nietos, tiene sobre sus piernas al niño que recibirá su nombre. Con ternura, junta su boca con la del niño para que exista el contacto con su saliva, a fin de trasmitirle a través de ella la palabra protectora que es el nombre elegido y pronunciado para él.

También, los "maestros o dueños de la palabra", los que poseen el conocimiento y purifican y crean con su palabra mágica, saben que para que se produzca ese efecto, es necesario "decir rítmicamente": somos vibración, somos sonido, somos movimiento, la palabra debe reproducir el ir y venir, el sentido que constituye la esencia del ritmo vital. El sonido de la voz, la memoria de lo efímero, la palabra dicha a viva voz y con todo el cuerpo: la carnalización de lo invisible, la prolongación del instante.

Para los tupí-guaraníes, el ser y el lenguaje son una sola cosa. La misma palabra tupí significa sonido de pie. Cada ser se considera un sonido integrante de una gran música cósmica, regida por el supremo espíritu creador, Tupá, que significa sonido que se expande, el trueno que precede a la lluvia, tan fecundante como la palabra. La palabra mentida insulta -dicen los tupí- lo que nombra, pero la palabra verdadera revela el alma de cada cosa. Ellos dicen: si te doy mi palabra, me doy.

CON OTRO

Antecedida por la voz que la sustenta, la palabra dicha, como hálito sonoro que es, no puede dejar de registrar la estructura interna del cuerpo que la origina ("la voz: el músculo del alma", se dice), las resonancias de la voz dan cuenta de las cualidades intrínsecas de quien emite -de sus pensamientos, de sus emociones-, con escaso margen de error, del mismo modo en que el sonido nos indicará si una copa es de vidrio o de cristal, si una pared es hueca o no. La palabra, a viva voz, la palabra a la que se le pone el cuerpo, en el aquí y el ahora, no miente, no puede hacerlo, porque se hace presencia reveladora en un acto de confianza y desnudamiento, sin artificios. La palabra dicha, más que un significado determinado o un sentido preciso, esa palabra primigenia, apunta a una acción, hace posible un acontecimiento, un encuentro. No es una abstracción semiótica, ni una grafía a la espera de ser interpretada, sino una operación física que implica un acto de co-presencias en un espacio y un tiempo, en un aquí y ahora compartidos.
No es, por tanto, un acto solitario, y aunque así pudiese parecerlo, en su esencia lleva el germen, el anhelo de "con el otro", de la comunicación.

Este sentido está en el principio del mundo, y en el principio de que cada ser humano. El niño, recién nacido, llora y ensaya ese reflejo de sobrevivencia que es la voz: es su forma primera de relacionarse con el entorno y de no sentirse sólo: el humano es un ser social. Dicen los investigadores, que si ese niño no hallara eco de su voz, si nadie acusara recibo de ese primer registro de la comunicación humana, se abandonaría a la muerte.

Coinciden los presos políticos -por ejemplo- en contar, cómo, privados de libertad, en celdas donde apenas podían dormir sentados, o de pie, sin luz, sin poder leer, sin poder casi nada, hablaban o cantaban, para subsistir, para ganarle a la muerte y a la locura, en el íntimo y secreto deseo de que alguien les contestara, de que alguien pudiera "tocarlos con su voz".

ALGO QUE CONTAR

Creo necesario ahora, traer la definición de oralidad -actualizada y entendida por primera vez como comunicación y no sólo expresión-, por el artista, investigador, comunicólogo cubano español, Francisco Garzón Céspedes, que "reinventa lo más milenario de la comunicación humana artística", comenzando a transformar -hace más de treinta años- la comprensión de la oralidad y la oralidad misma.

"La oralidad -dice Garzón Céspedes- es el proceso de comunicación (verbal, vocal y corporal o no verbal) entre dos o más interlocutores presentes físicamente todos en un mismo espacio. La oralidad debe ser diferenciada del simple hablar en voz alta (que deviene en expresión pero no en comunicación). O lo que es lo mismo: la oralidad es una imagen hablada (un ser humano que está hablando) que establece un proceso de comunicación (un proceso que trasciende lo expresivo para comunicar) con uno o varios interlocutores presentes físicamente todos en un mismo espacio".

"El prototipo general de la oralidad es la conversación interpersonal": todos contamos y tenemos siempre algo que contar y la necesidad de hacerlo, y de esa manera contarnos, reinventarnos. Podemos reconocer además, en la cotidianeidad, múltiples formas de oralidad (doctrinaria, docente, histórica, comercial, entre otras), pero la que aquí nos incumbe es la artística, signada, por el hecho comunicativo creativo.

Según Garzón Céspedes, la oralidad artística es el proceso de comunicación oral artístico entre el artista oral (poeta oral, narrador oral artístico) y el público interlocutor. Desde la oralidad, y según la Antropología más avanzada, podemos diferenciar tres tipos de sociedades: de oralidad primaria; de escritura, y de escritura y medios audiovisuales, también llamadas de oralidad secundaria; siendo este último, el tipo de sociedad a la que pertenecemos.

Para nuestra sociedad, de escritura y medios audiovisuales, es Garzón Céspedes quien propone y realiza desde 1975 un progresivo trabajo de renovación del antiguo arte de contar, entendiéndolo desde la oralidad y no desde la escritura y la literatura, potenciándolo desde las ciencias de la comunicación de masas y desde lo general de la escena, y definiéndolo como Narración Oral Escénica.

EL NARRADOR

La narración oral escénica es la reinvención del antiguo arte de contar oralmente y también es la fundación de un nuevo arte oral escénico, el arte por excelencia de la comunicación. Un arte, desde lo oral escénico, muy reciente, que todavía está en un proceso de desarrollo acelerado, y que aún no es suficientemente conocido por nuestras sociedades.

Este arte recupera conscientemente el espacio de la comunicación y reinvención de quien cuenta: el narrador oral escénico, y con quien cuenta: público interlocutor y cocreador del hecho artístico. Recupera lo escénico, entendido como el espacio en que se concentra el sentido, el contexto en que ocurre el encantamiento, la "epifanía de la palabra" (W. Benjamin), en donde se "carnaliza" se hace visible lo fugaz, lo invisible, cargándose de los elementos semánticos de la oralidad -visuales, kinestésicos, proxémicos, sonoros- de quien cuenta "a viva voz y con todo el cuerpo".

El narrador oral escénico no representa, no actúa, no asume ningún personaje. Desde el ser humano que es -con sus debilidades y fortalezas, con sus preocupaciones y sus sueños-, narra "con" los demás y no "para" un espectador. Es capaz de contar en cualquier circunstancia y ámbito y con cualquier público; capaz de contar cualquier tipo de fuente (de la oralidad, de la literatura, poesía, noticias, anécdotas). Narra estableciendo un equilibrio entre quien cuenta con lo que se cuenta, cómo se cuenta, con quién se cuenta y dónde se cuenta; reinventando permanentemente su historia, siempre única e irrepetible, invitando a ese público a participar, apelando, poderosa y urgentemente, a su imaginación. "De nada vale el relato, si no se lo recuerda con añadidos- asegura Ítalo Calvino-. El relato vale por lo que sobre él teje una y otra vez el que lo cuente, por ese nuevo elemento que se le adhiere al pasar de boca en boca".

UNA REAFIRMACIÓN

Alguien dijo y escribió: "Hubo un tiempo en que el hombre que no podía encontrarse con otro para decirle algo se dirigía a él a través de cartas manuscritas, luego le habló por teléfono y más tarde a través de la pantalla del ordenador; hubo otro tiempo en que hablar a través de algún medio fue preferible a encontrarse con el otro", José Antonio Sánchez.

Así y todo, y en la era en que de las telecomunicaciones se hace explícita una urgencia, una necesidad: el encuentro, la reafirmación de la esencialidad humana del lenguaje vivo, de esa palabra-poética-creadora que acontece comunitariamente, la recuperación de un espacio socialmente activo, sin perder el tono íntimo y cercano.

La ciencia se ha encargado de investigar y comprobar, que más allá de los adelantos de la tecnología, de los medios más sofisticados de comunicación tecnológica y de los que seguramente superarán a los actuales, no existe ni existirá nada con mayor fuerza de movilización, de conmoción, de transformación, que un ser humano hablando, mirando directamente a los ojos de otro ser humano.

(*) Delegada de la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica en Argentina, directora ejecutiva de los eventos.

La fiesta de la palabra

El martes es un gran día, arranca la 4° Muestra Iberoamericana de Narración Oral Escénica Contar con Santa Fe y el 3° Festival Iberoamericano de Narración Oral Escénica para niñas y niños Cuentoquetecuento, esta vez con actuaciones también en Rosario y Buenos Aires.
Co-organizados con la UNL, Puro Cuento -Taller Permanente de NOE- y la Asociación Cultural Teatro de la Abadía, variedad de espacios de narración oral escénica convertirán a la provincia de Santa Fe en una verdadera fiesta de la palabra.

Este acontecimiento dará comienzo el 3 de octubre y se extenderá hasta el 16 del mismo mes, con una nutrida programación de espectáculos para niños, jóvenes y adultos, con cursos y talleres internacionales, a cargo de narradores orales escénicos que llegan de Colombia, Cuba, España, México, Reino Unido y Uruguay -además de los argentinos-.

La inauguración oficial para jóvenes y adultos se realizará el jueves, a las 20.30 en el Centro Cultural Provincial, con entrada libre y gratuita. En la oportunidad, además de los espectáculos a cargo de los narradores, se hará entrega del premio internacional, el Chamán Extraordinario 2006, otorgado en México en julio de este año a Marcela Sabio, junto a la figuras de Fernando Birri (artista, cineasta santafesino) y a Sarah Bianchi (titiritera de Buenos Aires).

Los encuentros fueron reconocidos de Interés para la provincia y para la Nación, y además, cuentan con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro.

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